A "dos pasos", como quien dice, de estrenar un nuevo año, las esperanzas de que Casio nos vuelva a ilusionar crecen más que nunca y, además, tienen más fundamento que nunca. Al menos mucho más que hace dos, tres o cuatro años. La llegada de Collection "memorables", los AE-3000, CPA-100 o SGW-600, junto con Vintage que refrescan esa antigua línea, como los B650 o W-217, sin olvidar actualizaciones de modelos míticos, como los F-91 con cajas metalizadas, o los W-59 con correa textil, nos hace suponer un 2018 mítico, excepcional y mucho más prometedor en todo lo que se refiere a nuestra marca favorita de relojería.
Por si todo eso fuera poco, el GWF-D1000 y, sobre todo y ante todo, el futuro GPR-B1000 de G-Shock, nos lleva a un lugar idílico en el que muchos ya dábamos por perdido. Un lugar en donde Casio desarrolla tecnología para Casio, con display propios y sin tener que tirar de software y firmware de terceros. En resumen: la que era la Casio de siempre, que tanto nos ilusionó de niños y jóvenes.